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Aurelio Montes y la producción de vinos en Perú: “Es una locura pero hay que probar”

Además, están próximos a lanzar su primer espumante y este año esperan un crecimiento de 7%.

Por: Verónica Moreno | Publicado: Sábado 28 de marzo de 2015 a las 04:00 hrs.
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"La Viña Montes está ahora en un fase muy entretenida, estamos desarrollando proyectos innovadores muy distintos", dice Aurelio Montes, enólogo de la viña y que recientemente fue premiado por la revista alemana Feinschemecker que le entregó el galardón "Life Achievement" por la trayectoria, impacto, legado y calidad de los vinos de Viña Montes.

Esta semana además, el Círculo de Cronistas Gastronómicos y del Vino le otorgó el premio a la trayectoria.
En la compañía, dice, quieren continuar con el mismo estilo que los ha llevado al reconocimiento: empujar límites haciendo vinos distintos y novedosos.

Ha sido esa premisa la que los llevó a instalar un viña en Argentina (Kaikén), a producir vinos en el Valle de Napa en Estados Unidos (Star Angel y Napa Angel) y la que los tuvo muy cerca de hacer vinos en Portugal, opción que dejaron en stand by producto de la crisis subprime de 2008.

Ahora están enfocados en hacer viticultura de secano lo que les ha dado la posibilidad de no regar o hacerlo muy poco en años muy secos.

"Ha sido muy bien recibido en el mundo, estamos despachando vino. Con este proyecto estamos en las zonas de Marchigüe, ahora seguimos en Apalta y estoy partiendo el próximo año en Argentina", cuenta Montes.

Además, en dos meses lanzarán su primer espumante. Y están explorando la posibilidad de hacer vinos en Perú a más de 3.000 metros de altura.

-¿Cuál es el plan de desarrollo en Perú?
-Estamos en niveles muy, muy preliminares. Estamos en la etapa de llevar unas poquitas plantas, seríamos una de las viñas más altas de Perú, porque la estaríamos haciendo al lado de Machu Picchu, estamos en el Valle Sagrado.

-¿Esta incursión la están haciendo solos?
-No. Estamos trabajando con nuestros importadores en Perú, que a su vez son socios nuestros en la distribución de Chile.
Esta es una aventura muy, muy preliminar, hay que ser respetuoso con las tradiciones, entonces es algo muy pequeño, un experimento.
Este año estamos preparando una pequeña remesa de diferentes variedades (sauvignon blanc, pinot noir, syrah) para ver cómo se adaptan, es una zona bastante más tropical, muy alta.
Es una locura y tiene posibilidades de que no resulte por el clima, por un montón de cosas pero hay que probar, hay que hacer cosas.

Crecimiento
Desde 2008 cuando estalló la crisis subprime en Estados Unidos, Viña Montes se enfocó en consolidar lo que tenían, señala el enólogo.

Ahora están explorando en Perú y también están mirando la posibilidad de crecer en tierras en Chile, especialmente en zonas frías.

-¿Qué zonas les interesan en Chile?
-Tengo una pequeña deuda con la zona fría. Tenemos poco campo allí, básicamente en Zapallar, y es probable que por ahí estemos husmeando para crecer en esa área. Estamos viendo, sin prisa pero sin pausa.

-¿Este año cuánto proyectan crecer?
-Estados Unidos en términos macro va muy bien, pero todavía el consumo está un poco frenado, aunque se va a recuperar pero hay que darle tiempo. Todos tenemos los ojos puestos en Asia que es un gran polo de crecimiento de exportaciones.
La Viña Montes no está afuera de esta realidad, estamos creciendo a tasas menores, el año pasado tuvimos un crecimiento de 4%, este año proyectamos un 7%.
Esto quiere decir que estamos estimando del orden de 700 mil cajas (8,5 millones de botellas) en Viña Montes, unas 200 mil cajas de Kaikén (2,5 millones de botellas), en Argentina, y en Napa unas 4 mil cajas.

La industria
-¿En qué estado se encuentra la industria del vino local?
-La industria tiene que adecuarse un poco a su actual realidad. Las empresas elaboradoras de vino y exportadoras están en una situación que diría es buena, producto de un dólar mejor de lo que hemos tenido en los últimos años y una materia prima bastante barata.
Quienes lo están pasando mal hoy son los viticultores que no tienen una marca ni comercialización propia y dependen del mercado de la uva y el mercado a granel. Ellos están pasando por un momento extremadamente difícil.

-¿Por qué?
-La razón es que hay más viñas de las que necesitamos. El negocio ha tenido sus vaivenes, ha tenido sus crisis.
En los '80 todo se redujo a 50 mil hectáreas, luego vino el boom exportador y esto llevó a que se entrara en un espiral positivo de moda y volvimos a 120 mil hectáreas, que era lo que teníamos hace 40 años, pero con clones, productividades y tecnologías infinitamente mejores que hace 40 años.
De los tradicionales 300 millones de litros que producíamos en Chile en esa época hoy estamos hablando de 1.000 a 1.200 millones de litros, entonces estamos en una situación en que la agricultura tendrá que adaptarse.

-¿Cuál es la solución?
-La solución está en reconvertir, arrancar las viñas que están mal plantadas, variedades inadecuadas, en zonas inadecuadas y reconvertirse a otra cosa.

-¿Eso ya está pasando?
-Es un proceso que está ocurriendo. Creo que vienen cuatro o cinco años en que Chile seguirá creciendo en sus exportaciones tímidamente y los viticultores irán bajando su oferta para que de nuevo lleguemos a un equilibrio, porque hoy con los $80 ó $100 que se paga por el kilo de uva, un viticultor no logra solventar los costos.

-¿Los viticultores estarán dispuestos a reconvertirse, a arrancar sus cultivos?
-Es una situación bien dramática y creo que debe haber un llamado a la conciencia de que aquel viticultor que no tiene el volumen, las variedades, ni la zona adecuada, debe buscar una alternativa porque se hundirá tratando de salvar el buque y ese es un buque que está perforado entero y lamentablemente, no va a flotar.

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